Chile quedó eliminado por Brasil con un solitario gol de Lucas Paquetá, un suplente que anotó un minuto después de ingresar a la cancha. Finaliza así una aventura que comenzó y terminó decentemente, pero que deja muchas incógnitas sobre el futuro inmediato.
Por JULIO SALVIAT
La teleserie sobre la actuación de Alexis Sánchez recién se aclaró horas antes del partido. Ya había sido sorprendente que el entrenador lo incluyera en la delegación y, desde entonces, las especulaciones de si se iba a vestir de corto abundaban. Finalmente, el no tan Joven ni tan Maravilla apareció como titular con la camiseta número 10. La de los buenos. La de Neymar, que estaba al frente, la de Messi por ahí cerca, la de Maradona hace algún tiempo y la de Pelé para todos los tiempos.
Y Alexis corrió con el empeño de siempre y cojeó como era previsible. Sin la chispa habitual, pero ganoso, complicó a los brasileños con sus pases cortos, sus esporádicos esquives y algún centro peligroso. Se destaca lo de Sánchez porque fue importante en el juego que trató de imponer Martín Lasarte: tenencia segura en el mediocampo para que no recayera tanta presión sobre la defensa.
Y dio resultado. Al finalizar el primer tiempo, el balance era parejo en cuanto a dominio y a llegadas. Los dos arqueros habían pasado algunos sustos y habían respondido con acierto. Las dos defensas habían sufrido dificultades, pero habían eludido los dramas. Si los amarillos encontraban facilidades por el lado de Francisco Sierralta, los chilenos las hallaban en los duelos de Eduardo Vargas con Thiago Silva.
El cero a cero alentaba esperanzas, pero la puñalada se produjo apenas un minuto después de la reanudación luego del descanso, cuando Alexis todavía se estaba duchando y Ben Brereton, que lo reemplazó, aún no tocaba la pelota. En el equipo brasileño también se había producido un cambio: Lucas Paquetá por Roberto Firmino. Una combinación de Casemiro con Fred y una pared de Neymar con el recién ingresado le permitió a éste fusilar a Claudio Bravo.
Se temió el derrumbe chileno y el aluvión brasileño, pero un inesperado regalo cambió todo el panorama: una alevosa patada digna de karatecas que casi le vuela la nariz a Eugenio Mena obligó al árbitro Patriicio Loustau a expulsar a Gabriel Jesús. Y, once contra diez, se abrió un camino alentador para las posibilidades de La Roja.
Por momentos fue doble o nada. A cada ataque chileno seguía una contracarga peligrosa. Pudo haber tarjeta roja para Neymar, que golpeó con el puño a Charles Aránguiz, pero el juez no lo vio; y el asistente, tampoco. Pudo Chile celebrar el empate, pero la banderola arriba acusó un offside antes de que Vargas metiera la pelota en el arco.
En la mitad de la etapa, ya no había mucho que perder y Lasarte desnudó la defensa para abrigar el ataque. Carlos Palacios reapareció como reemplazante de Vegas. Después ingresó Jean Meneses (salió Erick Pulgar) para darle más profundidad al juego. Y en el intertanto, Claudio Bravo le ganó un mano a mano a Neymar y en la réplica un cabezazo de Brereton envió la pelota contra el travesaño. Se multiplicaron Aránguiz y Aruro Vidal para encerrar a Brasil en su zona, y el arquero Ederson pasó algunas zozobras.
Pero faltó algo para que la reacción chilena tuviera premio: nadie reparaba en Brereton. El pobre gringo colaboraba con su defensa, se desmarcaba, pedía la pelota… y nadie lo veía. Ya había ocurrido en partidos anteriores, y alguien tendrá que explicarlo.
Los minutos finales se fueron con Brasil haciendo tiempo impúdicamente y con Chile reiterando que el gol no es su especialidad. El ingreso de Diego Valencia quedará para su currículuim, porque poco pudo hacer contra una defensa reforzada y un montón de compañeros agotados.
Se acabó la aventura y ya vendrá el balance tranquilo. Lo que se puede decir en caliente es que esta derrota estaba en los cálculos de todos y fue menos dolorosa de lo que se preveía. Y en la balance total, que Chile comenzó y terminó decentemente, pero que el intermedio lo convirtió en uno de los equipos más mediocres de la competencia y que deja un gran signo de interrogación sobre su futuro inmediato, que contempla las Clasificatorias para el Mundial de Qatar.
PORMENORES
Cancha: Estadio Nilton Santos, de Rio de Janeiro.
ÁRBITRO: Patricio Loustau, de Argentina.
CHILE (0): Claudio Bravo; Franscisco Sierralta, Gary Medel, Sebastián Vegas (64’, Carlos Palacios) ; Mauricio Isla, Arturo Vidal, Erick Pulgar (75’, Jean Meneses), Charles Aránguiz (88’, Diego Valencia), Eugenio Mena; Eduardo Vargas y Alexis Sánchez (46’, Ben Brereton). DT: Martín Lasarte.
BRASIL (1): Ederson; Danilo, Marquinhos, Thiago Silva, Renan Lodi (90’, Eder Militao): Gabriel Jesús, Casemiro, Fred, Neymar Jr,; Firmino (46’, Lucas Paquetá) y Richarlison (90’, Everton). DT: Adenor Bacchi (Tite).
GOL: 46’. Paquetá.
AMONESTADOS: Sierralta, Palacios y Vidal (CH), Ederson (B).
EXPULSADO: 49, Gabriel Jesús (B).
Artículo publicado por El Agora