Durante la dictadura militar hubo dos clases de periodistas, los que se amoldaron al régimen cubriendo las violaciones a los derechos humanos, y los que defendieron a la democracia a tal punto que fueron torturados, asesinados y hechos desaparecer.
Con el término del régimen se tenía la esperanza de que las cosas fueran a cambiar, sobre todo para la prensa. En este sentido, se creía que existiría la libre expresión, pero no ha sido así.
Han sido mucho más los medios que han desaparecido, que los que han proliferado. Y no es la represión lo que los han cerrado, sino que más bien un sistema de libre mercado que no solamente tiene ahogado a este sector, sino que a miles de pequeños comercios que no han podido crecer por la concentración económica amparada por los gobiernos de los últimos 30 años.
Pero los medios comunitarios e internet nos trajeron una luz de esperanza, y cual superhéroe, contra todo obstáculo, se fueron parando gracias al aporte de periodistas y comunicadores, que siempre los movió la verdad más que cualquier rédito económico o de fama.
En este grupo encontramos a Francisca Sandoval, periodista de Señal 3 La Victoria, colega y amiga de Vía Conectados, quien, cumpliendo el deber de informar, tal como lo hizo en Revista de Frente, fue baleada a través de un cobarde ataque en Estación Central este 1 de mayo.
A 12 días del hecho, aún no hay claridad de lo que pasó. Bandas armadas, sin ningún impedimento de Carabineros, hirieron a varios profesionales de la prensa, como queriendo crear el caos.
A casi 2 semanas del hecho nadie se hace responsable, todos miran para el lado.
Hoy anuncian que Francisca falleció producto de las graves lesiones, y seguramente su sobrevida fue gracias a que era una mujer joven y luchadora.
Más allá del gran vacío profesional, Francisca también deja una familia y amigos, que no la podrán reemplazar con ninguna indemnización ni sentencia. Al final, el daño ya es irreparable.
Como medio adherimos al dolor de la familia de Francisca y de Señal 3 La Victoria.
Estamos con ustedes compañeros.