Análisis Internacional | China desde Taiwán ve una oportunidad

Por Catbriel Cardozo

En primera instancia que China operara una intervención militar directa contra Taiwán era poco probable, pero para ir pensando en esto no hay que olvidar que China también considera que la isla es parte de su territorio, por lo tanto, toda forma de intervención militar sería para sí misma, sobre territorio considerado propio. La soberanía y el principio de “una sola China” es intransable desde todas las perspectivas del ejercicio del orden soberano de la República Popular China, a pesar de que los comunistas ganaron la guerra civil con Mao Tse Tung (Mao Zedong) y los nacionalistas huyeron a instalarse en las Islas lejanas, principalmente refundándose e instalando su centro en Taiwán. 

El gobierno de Xi Jinping, sabe que tiene herramientas para poder instalar mayor profundidad en objetivos de largo plazo, el estratega al mando de China sabe que más allá de la evidente falta a la diplomacia y la intromisión en los asuntos internos del país, puede ser una falta de respeto oportuna porque el gigante asiático tiene en su mano una llave productiva, además tiene una incidencia fundamental en la logística de la cadena de suministros internacionales y como ya sabrán, la guerra económica no es ni ha sido una casualidad ni es una guerra cualquiera, las tensiones geopolíticas son aristas que se desprenden de una lucha por la caída de una potencia y el ascenso de otra a la cabeza del orden económico. 

Con tan solo un bloqueo a las exportaciones de Taiwán, China podría poner en jaque a las cadenas de suministros mundiales, teniendo en cuenta, que China maneja materias primas esenciales en la producción de semiconductores, la negación de la exportación a la Isla de estos componentes ya estaría afectando desde la base a la cadena productiva. La producción y la mano de obra, es otra herramienta que posee la China oriental, quienes poseen una población de más de 1400 millones de personas y se ubica en una zona geográfica en la que se encuentra la mayor densidad de la población mundial. 

La geografía de China es una herramienta geopolítica y el partido comunista que lidera el gobierno, lo sabe bien. El posicionamiento geopolítico es de vital importancia en las alianzas políticas y las comerciales con sus aliados, las rutas de las antiguas mercancías han sido siempre un factor en la comercialización de las especies y la producción de mercancías ha sido siempre una característica de los pueblos milenarios del oriente.

La globalización ha puesto a esas rutas en el centro de la producción conducente al consumo, jugando un importante rol en las ansiosas necesidades de satisfacer la voraz demanda mundial. La construcción de alianzas con países como India suman un territorio de características vitales y funcionales en los objetivos geopolíticos mirados desde la riqueza geográfica en el posicionamiento global.

La tercerización de la producción será un factor esencial en el comportamiento económico futuro, porque toda incidencia productiva estará afectando indirecta o directamente en todos los lugares, inclusive en muchos hogares lejanos del oriente. En cuanto a la inflación en la Unión Europea podría seguir presentando alzas, las subidas de tipos de interés no han reflejado control en el corto plazo y el margen a pesar de ser estrecho, podría llevar a EEUU a volver a subir los tipos en una nueva revisión de la FED. 

Para una China que cree en el ascenso de una nueva potencia, el error forzado de la política norteamericana puede ser necesario para seguir escalando en esta carrera. China sabe de honor, pero también de tiempos y de esperar en el silencio y ya ha dejado claro que “quién juegue con fuego, se quemará”. Lo que no dijo es cuando, pero se quemarán.

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