El tratado de Libre comercio con la UE ha pasado desapercibido por la inoperancia estatal del gobierno Gabriel Boric .
El gobierno del presidente Boric firmó en diciembre de 2022 el tratado, tras presiones del lobby empresarial, y aun no publica los 41 capítulos del Acuerdo.
Todos estos artilugios que nos tiene acostumbrado la política nacional en los últimos treinta años hoy vuelven a la palestra.
El Tratados de Libre Comercio con la Unión Europea puede ser riesgosa y así lo explican en un impulso comunicacional la coordinadora de Chile Sin TLC que ha circulado entre la militancia progresistas y de izquierdas del pais.
Algunas de las advertencias que hacen los movilizados son el riesgo geopolítico que puede asumir Chile a la avanzada colonialistas de la UE y su inclusión a una agenda de “cooperación en gestión de crisis”, que podria permitir aue nuestro pais sea proveedor de mano de obra militar para operativos de guerra sin bandera y con personal chileno. Ello pone en riesgo la paz y neutralidad chilena, que incluso es una politica de mucha relevancia pero que nos puede someter a posibles represalias.
Otro eje a destacar que lleva este tratado es la producción y exportación masiva de Hidrógeno Verde que requiere de 10 litros de agua dulce desmineralizada por cada kilo de hidrógeno “verde”. Se recurrirá a la desalinización sin existir normas de producción ni uso, dejando a las empresas europeas exentas de responsabilidad por daños. Desde los ecosistemas donde hay litio, cobre u otros minerales como las tierras raras, son visibles los conflictos por la explotación intensiva de salares y minas, y los riesgos para el bosque nativo.
Chile sería una colonia surtidora a distancia de combustible y litio para las baterías de los autos eléctricos de los europeos. El costo socioambiental incluye el desplazamiento forzoso de población indígena y campesina, con nuevas zonas de sacrificio. El litio se exportaría sin royalty y al mismo precio del mercado nacional o de negocios con extranjeros.
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